Nuestro cole «Leandro Alejano» es un centro educativo que tiene como una de sus señas de identidad «La educación para la paz y la no violencia». Y es que la educación en valores es algo que va mucho más allá de los contenidos que trabajamos en los libros de texto, es decir, forma parte del denominado «Currículo Oculto» y, por consiguiente, no se lee, se memoriza y se aprende, sino que se siente, se impregna y pasa a formar parte de la personalidad de cada uno de nosotros/as. Por ello, desde nuestro centro la trabajamos diariamente, para que nuestros alumnos/as entiendan que de la resolución pacífica de los conflictos se aprende y que la mejor manera de solucionar problemas es a través del diálogo, del respeto y de la tolerancia. Y ese aroma de paz es lo que se respira en nuestras aulas, pasillos y patios desde que comienza hasta que acaba el curso escolar.
Así pues, para nosotros/as todos los días son días para luchar con amor por la paz. No obstante, existe un día en el calendario escolar para festejar a modo de celebración pedagógica «El Día de la Paz y la No Violencia», y eso es lo que hemos hecho un bonito día de los últimos de enero.
Como nuestro centro está inmerso en un proyecto anual que versa sobre la Edad Media, hemos festejado la paz desde el punto de vista de la convivencia multicultural, donde las culturas existentes en el pasado (musulmana, judía y cristiana) conviven en paz y armonía. De esta manera, ataviados con un colgante que representaba a alguna de esas tres culturas, hemos recorrido en manifestación las calles de Cilleros con una pancarta por grupo que, por una cara, llamaba a la paz con frases célebres o mensajes icónicos y, por la otra cara, representaba la pieza de un puzle sobre la hermandad de las tres culturas.
Al llegar a la Plaza del Ayuntamiento, la madre de una alumna recitó una poesía, dos niños/as de 6º de primaria leyeron un manifiesto, y pudimos escuchar la dulce melodía de las flautas de los niños/as de los cursos de 3º a 6º, entonando la mundialmente famosa novena sinfonía de Beethoven «Himno de la alegría». Posteriormente, tuvo lugar el baile de la canción «Tres culturas» en gran grupo, al que se animaron a participar todos los allí asistentes, soltamos las palomas de la paz y construimos en el centro de la plaza un gran puzle de las tres culturas, uniendo las diferentes piezas que cada grupo había coloreado, conformándose así un precioso mural que servirá para decorar nuestro porche y, sobre todo, para recordarnos cada día que, en palabras de Gandhi, «No hay camino para la paz, la paz es el camino».