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Consejería de Educación. Junta de Extremadura
Aldea Juglar 2018

¡UNA MÁGICA EXCURSIÓN!

     La excursión de fin de curso ha estado marcada por el contacto directo con la naturaleza, por las actividades de educación física al aire libre, la convivencia, la magia y la fantasía. Y es que el 14 de junio… ¡Nos fuimos a la ALDEA JUGLAR de la localidad de Barrado, en el Valle del Jerte!!!

     Al bajar del autocar nos estaban esperando, en medio del campo, algunos de los simpáticos personajes protagonistas de esa aldea, ataviados con unos ropajes típicos de un lugar repleto de incógnitas, de sorpresas, de apasionantes aventuras… Y así fue como conocimos a duendes, brujas, aldeanos encantadores, a los que fuimos cogiendo mucho cariño: Topina, Biruji, Telaraña…

     Sin darnos cuenta comenzamos una pequeña y preciosa ruta y nos vimos inmersos en un cuento encantado,  donde nos hicieron partícipes en la resolución de un problema que acontecía en dicha aldea: la bruja Telaraña había perdido su escoba y nuestro cole Leandro Alejano debía ayudar a recuperarla, pues nos contaron preocupados que:

«Sin su escoba esta brujita se pasa todas las noches llorando. Y, claro, eso es un problema morrocotudo, pues Telaraña se sube todas las noches al pino más alto del bosque y ¡menuda lluvia prepara con tanta llantina! Aunque eso no es lo peor: con los gritos de la bruja, entre sollozos, lamentos, balbuceos y pucheros, los animales y aldeanos no pegan ojo de noche y por el día se van durmiendo por todas partes».

     Y resolviendo el enigma, fuimos conociendo y disfrutando de esa aldea tan especial. Había una granja con animales, sociables y acostumbrados al trato con personas: gallinas y gallos, conejos, cerdos, cabras, burros…; un castillo hinchable, actividades de escalada, una tirolina que iba muy rápido para los más atrevidos, y ¡hasta nos pusimos el bañador y nos refrescamos con variados juegos de agua!

     Fue un día maravilloso que no olvidaremos, pues, al final, nos fuimos muy contentos al ver la sonrisa de la bruja Telaraña que nos agradeció la ayuda. ¡Quién iba a pensar que la escoba estaba en el nido del águila!!!